junio 12, 2005

CHOLE y su sistema de financiamiento

Endeudada con las entrañas hechas nudo aunque de vez en cuando lo que quiero es correr a cualquier parte donde una que otra plaga me insista a deshacer las marañas con una dosis de pagos limitados.


Salir y ver que nuevo souvenir esta de moda para burlarme de las amistades que seguramente adquirirán bajo contrato social; caminar frente a aparadores repletos de gadjets y artículos que aveces resuelven el sistema de inmunodependencia social; adquirir una cerveza en compañia de mas personas que se encuentran auditando su presupuesto nocturno o simplemente salir para orearme de las pésimas programaciones de fin de semana.


Hoy como otros sábados no quiero ni salir a distancias tan ridiculas que acreditan a los dulces y engordantes salva-depresiones pasajeras; y eso que me financía una amistad que ofrece las peores y las mejores tazas de interés para subsistir: CHOLE!!!, o como le puso algun poeta no reconocido
mi querida SOLEDAD.
Es tan sencillo subsidiar un gasto acompañada de un mar de personas, y que complicado es poder abrazar a la única deuda que adquiriste en tu nacimiento.


Como buena prestamista, y aunque le pague a tiempo cada cuota, escapo de ella de alguna manera, y cuando creo que me hace falta (como hoy) es porque se que se le va a hacer tarde para llegar a las citas donde le mostraré miedo.


CHOLE me la esta cobrando en este momento; en una inversión que no puedo reconocer si es de las buenas o es de las malas; pero aqui anda, negándome con sus suspiros que debo salir a esos escapes que implican poner una benda en los ojos; exprimir la cuota económica y enrolarme en un plan que dará cierta felicidad no mayor a 8 horas y con cargos extra.


De cualquier manera no veo muchos rumbos a donde fugarme, mas que aguantar a que CHOLE se apiade de mi, cambie sus cobros a múltiples y cortos plazos fijos; nos hemos exprimido varias veces juntas, pero al fin y al cabo resulta divertido burlarnos de los que se acompañan para no parecer fracasados sociales y pagan más en la tarjeta de crédito, que resguardarse en un plan de ahorro emocional.


Abrazadas y acurrucadas estamos escribiendo la primera de varias sátiras de una noche de sábado, intentando apartarnos de un mundo que ofrece pocos beneficios reales y muchas falsas variantes de la felicidad con valor agregado.
Pero ella sabe que hay días en que por mas que me cobre, terminará sediendo a mis sobredosis de autoengaño, cubierta con otro financiamiento que adquirí por daños y perjuicios a mi estado de autoestima.


Aveces, como con toda deuda, CHOLE me desespera porque es bien COBRONA, pero se que su compañía es un servicio no solicitado y viene dentro del contrato; la única que se puede retirar y cancelar el subsidio es ella, y hoy, la estoy disfrutando. Esperemos que no deje de pagar mis cuotas con gusto, y me convierta en otro delincuente de cuello blanco.

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