Sí, me estoy volviendo loca. Tanto que prefiero escribir y dejar de llorar por un momento.
He tenido una bomba de recuerdos; bellos, horribles, hermosos... caray, el duelo es una bomba de locura, pero es lo normal.
O al menos es lo que me dicen quienes ya han vivido una pérdida tan significativa, como es el fallecimiento de una madre. Y no es que el padre no importe, pero en mi caso soy muy afortunada de tenerlo conmigo, es más, es un milagro.
En cambio mi madre, quien no solo me parió; me educó, me vio crecer... y yo a ella. Y luego fuimos amigas... era de las 5 personas con quien más convivía. No hubo semana que no la viera o que no habláramos por teléfono. Es más, no hay día que no venga a mi mente prácticamente desde que nací.
Pero el punto es que cuando menos lo espero vienen recuerdos. Cuando menos me doy cuenta, ahí está algo que mi mamá hizo, dijo o me regaló. Y cuando por fin no he llorado, algo hace que explote la cascada de agua salada.
Y esto es normal. Esto es el duelo, un periodo donde tu mente y tus sentimientos estallan, duermen, despiertan, gritan o simplemente sobreviven a tu nueva realidad, y donde tu dolor es la consecuencia del apego. Con mi mamá tenía un apego seguro, ella nunca me quiso hacer daño.
Sí, tenía un apego seguro con ella. El más seguro de mis apegos. De hecho el duelo es este proceso de dejar ir, soltar, liberarse, etc. de un apego. Pero cuando un apego es tan seguro, lo último que quieres es "liberarte".
Vas y vienes de futuro, a pasado y presente. Y no siempre los confundes, pero sí quisieras cambiarlos. Y ahí está la locura: No acepto mi presente. No acepto mi pasado. No acepto mi futuro.
Y no busco ni apapachos, ni dar lástima, es más solo quisiera, egoísta y cruelmente, que ella no se hubiera muerto.
Así que con o sin permiso, esta loca va a seguir llorando otros 5 meses y 2 semanas más, porque después de 6 meses ya debe bajar tanta sal con agua de mi sistema.
Y se supone que tengo hasta 1 año para que mi locura sea normal... después de ese tiempo, si no mejoro, tendré que buscar apoyo profesional.
Sueño con ella, despierto pensando en ella, me duermo orando por ella... caray, así era cuando estaba viva, la diferencia es esta melancolía pegoste.
Mamá, te extraño.
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