De las mejores noches de mi vida está la de un viernes del verano de 1993.
Tenía 14 años, casi 15. Mi mejor amiga de aquel tiempo tenía al mejor padrastro del mundo, o por lo menos así lo veían mis sueños de libertad en pubertad.
El, Pablo, tocaba el bajo y hacía muy buenas interpretaciones en una banda tributo de Queen, Beatles y otros grupos contemporáneos. Eran excelentes... hacían los mejores covers.
Esa noche de vacaciones, mi amiga y su mamá en especial, me invitaron a ir a ver al grupo. Ya los había visto tocar en uno de los bares más emblemáticos de la Betlemanía, semanas antes. Pero esa noche no podría ni compararse tantito.
Pedimos permiso, y me lo dieron. Fuímos a arreglarnos a casa de Jimena, mi amiga. Su mamá estaba radiante. Gela, era una mamá joven, bella y completamente sexi. La imagen que tengas de la novia de un rock star, esa era Gela y ni así le hago justica ni a su carisma y ni a su belleza.
Las tres nos vestimos de negro, usé medias, taconcitos y lo mejor, me sentí más libre al ver que Gela tampoco se peinaba. Ya no era la única "fodonga rara" que odiaba peinarse. Pero ni Jimena ni yo usábamos maquillaje, así que Gela nos prestó de su labial. Rojo, de Max factor. Sí, para aparentar más edad. Y nos puso una brisa de Chanel No. 5.
Subimos a una camioneta, entre instrumentos, olores a perfumes y más lociones, a piel de botas y chalecos rockeros, pero sobre todo esa vibra de viernes por la noche que siempre he amado. Esa que dice "vive, conoce y se feliz".
Llegamos después de un buen rato al bar de un Wings. Sí, la cafetería en los 80´s y 90´s era famosa por su bares BARÓN ROJO, por lo menos era muy "cool". Jimena y yo menores de edad, pero con el nepotismo de venir con una de las 3 bandas que tocarían esa noche, pasamos sin problema y hasta lugar preferencial nos dieron. Una mesita para nosotras 3. Y alrededor las demás mesas de otros acompañantes de las bandas.
Los rockeros tienen a mi gusto uno de los mejores ambientes; todos se tratan como amiguísimos, cotorrean sin tapujos y lo mejor, son muy divertidos.
Fue brutal escuchar a una banda tributando a Men at Work y a Madness, con todo y sax. A otra banda tocando covers de bandas como Depeche Mode, Inxs, Boston y más ochentas. Todos los músicos y cantantes me trataron como si yo fuera de su "pandilla". Fue genial. También hicieron un cover de Nirvana, que obviamente menos del 10% del aforo gritamos como si el mismísimo Cobain estuviera ahí.
Las bandas tributo, las que hacen covers y en general los músicos o cantantes que interpretan rolas ajenas nos acercan un poquito más a esa sensación de concierto.
En ese verano comencé a tomar como desquiciada, pero esa noche ni tomé, porque obvio Gela no nos iba a dejar. A escondidas salíamos a fumar, a fantasear que nos enamorábamos con los guapos del bar y claro, bailamos, gritamos, rockeamos y fuimos mega felices.
Esa noche decidí que varias rolas de Men at Work serían de mis favoritas, porque muchas de Queen y Beatles ya lo eran.
Esa noche, gracias a Gela y a su labial Max Factor, decidí que mi color de labios favorito sería rojo, o por lo menos lo es la mayoría de las veces.
A tantos años de ese viernes, veo que no he cambiado mucho. Ahora no tomo, como esa noche y llevo ya 10 años sin fumar, casi no maquillo y no me peino, así que sí, básicamente soy la misma, solo que ya no salgo tanto. Mi alma y mi aura son de color rojo los viernes desde entonces.
Recomiendo no saltarse la etapa de las noches mágicas, esas que vives con todo el rojo de tu ser y sin nada de estimulantes mas que la música en vivo.