Amada Sandra:
Hoy, a los 44 años, no somos madres. Recuerdas en esa clase de Ciencias Naturales que te cuestionaste ¿nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos? Ese día, a los 6 años, decidiste que no serías madre sólo porque "tienes que" e increíblemente, lo logramos.
Adoptamos perros.
Si pudiéramos también adoptaríamos gatos y hasta ardillas, pero sería un relajo. Viajamos con algunos de ellos, y si se puede, con todos.
Sí, vives con el amor de tu vida, con un amor incondicional y hasta mágico, como el que quisiste conocer a los 12 años cuando escuchamos esa canción de Foreigner.
Nunca pensamos en casarnos, pero lo hicimos, y con mucho amor de por medio.
Amas a tus papás; ya no hay por qué seguir enojada con ellos. Desde que tenemos 17, nos llevamos muy bien con ellos y lo mejor, cada que estás con ellos los disfrutas.
Y con tus carnales, ni se diga, siempre puedes contar con ellos. Ahora te toca jugar con sus hijos... son más divertidos y menos latosos, pero eso sí, te toca ser más responsable con ellos.
Somos diseñadoras, como quisimos desde que conocimos lo que significaba esa palabra. Y hemos sido locutoras, y todo lo que deseemos ser...
Amada Sandra, pequeña, nunca dejaremos de subir a un columpio o comer helado... y menos si hay de choco-menta.
Sabes, cada que puedo te imagino y te abrazo.
Te quiero recordar que nunca has estado sola, que nunca te faltará nada, y mucho menos te faltará amor, porque ese lo traes desde dentro. Mientras lo des sin esperar nada a cambio, siempre vendrá de regreso.
Sólo no eleves expectativas, y deja que te sorprenda la vida.
Y en las noches de Luna llena, pide un deseo a nuestra Madre-Padre Universo... ahí siempre tendremos un beso y mucho consuelo.
Y si ves mariposas, recuerda que viene una bendición o algún milagro en camino.
Por último, nunca olvides que te llevo de la mano. Te acompaño. Y aunque cometamos errores, ay la llevamos...
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