Les quiero compartir una experiencia y una historia, más ajena que propia, pero indudablemente conmovedora.
Cada determinado tiempo dono sangre; hace años me enteré que soy B+ donando interesadamente para conocer mi salud y morbosamente para saber que se sentía. Tanto el acto de donar como el tipo de sangre, no lo veo como una división de superioridad, simplemente es sangre pero complejamente es el líquido vital como el agua, y ambas son tan básicas para vivir como el amor. Desde aquel entonces y en agradecimiento por ser sana (y miren que fumo, aveces tomo y no soy como que un ejemplo a seguir en esto de la salud), me comprometí conmigo misma a intentar ayudar con lo mejor que tengo, incluyendo mi sangre.
Pues hace unos meses, en enero de 2013, gracias a Twitter, no recuerdo si fue por las cuentas de @DonadoresSangre o @posibledonador, solicitaron donadores de mi tipo y no resistí la ganas de acudir porque me quedaba cerca y me llamaba la atención cumplir ese sueño de héroe anónimo que llevo dentro.
Después de ponerme en contacto, llegué a donar y después a entregar el papelito que les solicitan a los parientes del paciente. La verdad creo que no deberían pedirse comprobantes si la gente regularmente donara; es más, es un círculo vicioso porque los que donamos aveces no lo hacemos para guardar esas 4 o 5 oportunidades anuales por si alguien a quien amamos lo necesita. Sería tan fácil si la gente sana donara... y más fácil si las instituciones nos educaran...
Pero bueno, tuve contacto con Lidia, hermana de Lina que es esposa de Tong, el paciente en ese momento. Me llamó mucho la atención su nombre, obvio extranjero para los mexicanos. Cuando llegué a donar al Banco de sangre siglo XXI, me comentó el encargado que durante el día habían donado varios miembros de la embajada coreana; por mi cabeza pasaron mil ideas, pero en especial la de "debe ser un buen hombre si mucha gente le ha venido a donar".
Cuando vi a Lidia para entregar el comprobante, al despedirnos sentí amor puro. Ella me dijo las palabras mágicas que hasta la fecha me hacen llorar, porque neta, que te diga alguien que no te conoce "Dios te bendiga" con convicción y no por hipocresía, es por mucho más gratificante que recibir dinero o algún favor. Es indescriptible sentir esa vibra... pero se siente como una gran felicidad, como si fueras útil, como si tu vida valiera la pena, como si fueras héroe, como si cada problema de tu vida desapareciera.
Poco después Lidia me contactó para decirme que su cuñado había muerto. En ese momento me sentí inútil e impotente porque de nada había servido lo que hice, pero ella me pedía una cuenta de correo para compartirme la historia de amor de Lina y Tong. En serio que he esperado esa historia con curiosidad... ya saben como es la imaginación, te vuelas y en mi cabeza venía desde una película independiente hasta una historia holliwoodense acerca de un coreano y una mexicana.
Hace dos días que no abría mi correo por andar en otras cosas y hace rato me encontré con el correo de Lina, quien al igual que su hermana me hizo llorar con las palabras mágicas. Adjuntó un archivo que por respeto no publico, pero en el Lina platica que su relación comenzó con un intercambio de cartas en 1964 para su clase de inglés por dos años en los que intercambiaron fotos, regalos y letras. Con los años cada uno siguió su vida, pero Lina se preguntaba como toda persona que sueña "Que pasaría si...". Tong la visitó en 1998 durante un viaje que terminaría en Argentina, donde vivia desde hace 10 años. Su comunicación fue escasa pero intensa y un buen día Tong decidió viajar otra vez a México, en 2001. La relación se fortaleció y evolucionó en todo sentido, la comunicación era por correo electrónico y para 2004 con 40 años de correspondencia, Tong buscó trabajo para vivir en México. En 2007 se casaron, y compartieron e intercambiaron costumbres, con sentimientos honestos y verdaderos... con amor y no jaladas. Ahora se que su amor sí es eterno.
Gracias a los altruistas que ayudan a otros a encontrar donadores, gracias por ayudarme a encontrar mi propia historia y gracias a Lidia, Tong y Lina por permitirme conocerlos.
Si no creen en el amor neta que es pasajero; un día conoces o vives una historia que te reafirma que el amor le da sentido a la vida... y yo quiero seguir donando sangre y compartir estas historias que no pueden quedarse sólo de recuerdo.
2 comentarios:
Mil gracias x compartir esta bella historia, si, si me acuerdo del paciente, como dices, por su nombre extranjero. Por la Lista de pacientes han pasado muchos que siguen su camino y muchos que regresan al cielo. No sé si has escuchado la historia de "La niña y las estrellas del mar", dicha historia es la que me ha inspirado, habla sobre una niña que diario recoge y lanza una estrella de mar que la marea deja por la noche sobre la playa,un día un marinero le pregunta que porque lo hace si de todas formas va a morir, la niña le contesta que ese día para esa estrella, hay una oportunidad. El día que donaste para Tong, hiciste la diferencia, tu le diste esa oportunidad, mil gracias por ello.
USTEDES NOS INSPIRAN!!! Gracias y las palabras mágicas para ustedes y más que son altruistas: DIOS LOS BENDIGA
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