Es muy fácil admirar a quien se sabe vender como buena persona.
Aveces caemos en las garras de la oferta, esa que dice: "soy lo mejor que puedes encontrar", "nadie te amará como yo" o "te amaré para siempre".
Y volteas un poco a ver la realidad de esos anuncios de antaño; están gastados, pequeños de tamaño y parecen ocultar algo...
¿Quién está detrás de esas frases? ¿le conoces? ¿qué ha hecho para que le compres?
Es difícil admirar a alguien que no conoces lo suficiente.
Y es muy fácil dejar de admirar a alguien cuando ves que lo que hace no ofrece lo que dice.
¿push, pull, rebajas o lleve 2 por uno?
Demandar sentimientos es peor que ofrecerlos... ofrecerlos con sinceridad es la estrategia, y prefiero la degustación antes de comprar.
He dejado de admirar ofertas y demandas masivas... aunque sigo amando la creatividad.
Se que admiro lo único, lo esencial, lo permanente... incluyendo mi propio anuncio espectacular: "nadie ni nada es tan perfecto ni tan pendejo... pero puede ser excelente".
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