Hace tiempo trabajé con un caballero llamado Rafael, que en ese entonces habrá tenido unos cincuenta y tantos. La neta estaba re bien conservado el canijo, parecía diez años más chavo. Total que yo estaba en una situación nefasta... un día platicaba con otra persona en busca de algún lugar que impartiera kick boxing, que además estaba de moda, y según yo iba a desquitar toda mi ira al practicarlo; pasó un rato y Rafael me preguntó ¿por qué quieres practicar eso? le comenté que sentía ganas de romper caras y que esa era una buena solución (jaja) a lo que él me dijo: La violencia no se combate con violencia, no necesitas más violencia en tu vida...
Comenzó a platicarme de su experiencia con el yoga, y hasta me regaló El Kybalión fotocopiado. Despertó tanta motivación que sin saber por donde empezar, comencé a hacer yoga viéndolo en la TV, investigué un poco en internet, intenté leer las fotocopias, y como no entendí casi nada jajaja, seguí intentando frente al monitor. Con el tiempo sigo entendiendo ese y otros textos aunque dejé de practicar yoga... de vez en cuando hago algunos estiramientos, y hace más de medio año que regresé a adoptar la meditación y otras chunches que ahora entiendo más... la neta, vaya que me ha ayudado aprender a respirar profundamente, a meditar y a reflexionar.
Llámenlo metiche, yo le llamo chido, y chida yo por hacerle caso. Curiosamente Rafael es el nombre de un Arcángel, en unas culturas es "El Arcángel del amor" y en otras es un santo "el que cura o sana"", y este caballero, para mí, fué literalmente un ángel; me regaló otra entrada al amor propio, a través de la autoestima sin violencia. No lo he vuelto a ver, y si lo hiciera, le daría las gracias por haber tenido las frases y las herramientas exactas para mí en ese momento tan nefasto, porque fuí nefasta. ¡Gracias Rafael!
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