Pus que les cuento... yo sí. De por sí ya es un milagro estar vivo, sonreir, disfrutar y por supuesto, es un milagro ser feliz.
Hay muchísimas maneras de confiarse a un milagro... tantas como religiones, sectas y creencias en algo o alguien superior existen. Pero los milagros llegan cuando más los necesitas... y los pides.
Claro que recibir un milagro es un compromiso; no es así de ¡Ya tengo mi milagro, ya me vale! no no no NEL. E igualmente, no te va a llegar un milagro de la nada si no haces algo por tenerlo... ni maiz.
Total que hoy estoy cayendo en veinte que creer en los milagros, es como creer en el amor o creer en uno mismo... confía y ready. Total, las netas siempre salen, lo chido siempre pasa y lo mejor... aún está por llegar.
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