julio 27, 2011

Corazón de Arena

Hace rato me lancé a un parque en el que de niña, me divertí como enana. Queda muy cerca de la casa de mi abuela, bastante lejos de mi casa y aprovechando que mi tía me hiciera una limpieza facial, pues agarré a mis sobrinos y los llevé.

Actualmente tiene muchos más juegos y hasta un arenero enorme, con arena de playa como la de Veracruz... no sé, el caso es que por media hora me sentí en la playa. Me quité los zapatos, las calcetas y caminé sobre la suave arena en círculos mientras mis sobrinos jugaban a hacer castillos... y yo hacía castillos en el aire.

En menos de 2 días mi corazón late a mil por hora, pero nadie me ha venido a explicar que pasa. Y necesitaba respirar, relajarme y olvidarme de lo que es la complejidad humana a profundidad.

Quedé estática sobre la arena que envolvía mis pies, después en la mesa de consultorio y con la cara llena de gel, extrañé el movimiento mientras mi mente se vaciaba... y mi corazón como que vació el arenero.

He estado deseando moverme, y sigo estática. Pero creo que hoy mi corazón está como reloj de arena... y el embudo es muy angosto.

El tiempo para mi nunca ha sido importante... nadie me ha correteado ni yo me he presionado lo suficiente como para querer ver mi corazón vacío. Pero sé que el tiempo es muy valioso, tanto que por eso me doy el chance de tomarlo como me da la gana, incluso para mezclar lo material con lo etérico.

Siento como la arena está en mi corazón bajo el efecto de la gravedad. De arriba pa bajo y dará vuelta... y yo espero a que ese momento llegue.

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