abril 26, 2011

Un sacerdote como pocos

Hace rato fuí a hacer ejercicio a un parque con mi mamá; en el camino una vecina nos dijo que asesinaron al párroco de la iglesia más cercana... dentro de su propia casa.

Mi mamá es católica y aunque yo no lo soy, respeto mucho su religión y la admiro, como admiro a ese hombre, por ser tan congruentes con ellos mismos; en la mañana regresó un tanto preocupada porque fue a la iglesia y estaba cerrada... tiene 4 años que asiste a la misa que hasta ayer otorgaba el párroco, quien hace más de 12 meses casó a uno de mis amigos y desde hace como dos años conocí en un cumpleaños muy especial para mi familia.

Ese día fuimos por el para llevarlo a donde sería la fiesta; mi papá que es más agnóstico que yo conducía mientras platícabamos con el de las noticias que informaba la radio. Un señor obeso, muy alto, poco cabello sin peinar y muy cano, con gafas y dientes maltratados, con una ternura increíble... y una mente tan abierta a diferencia de otros párrocos a los que he conocido... nos compartía curiosidades de su familia y nosotros de la nuestra. Como ese día el tráfico estaba a todo lo que da... platicamos con el como hora y media.

Me acuerdo que durante esa misa para mi mamá, como me tuve que sentar hasta el frente, el me veía extrañado; yo no me persigno al igual que no haría otras costumbres de otras religiones por mera convicción, pero su mirada no era inquisitoria o asustadiza... era como pensativa.

Total que después platicamos de vanalidades, de recuerdos, de la comida... pero es el único sacerdote del que me he preguntado ¿cómo es que un hombre tan agradable y abierto a las ideas, curioso y también con un look un tanto diferente se dedicaba desde hace décadas al sacerdocio católico?

Lo comprendí más el día que se casó mi amigo; dijo tan claro lo que es el amor... como se debe amar a una pareja... y ha dicho tan claros otros aspectos políticos, sociales y culturales cuando he acompañado a mi mamá a otras misas, que se me hizo obvio porque un hombre como el estaba dirigiendo misas y que mejor, conviviendo con la gente de su comunidad... necesitamos gente objetiva y de buen corazón en nuestras vidas, hagan la actividad que hagan.

Mi mamá hasta ayer fue su amiga... tan amigos que el domingo le pidio un favor muy inocente y del que me siento más orgullosa de ella; le pidió que cantara una de las rolas en la misa y además, ella junto con otras vecinas llevan muchos meses lavando su ropa, haciendo su comida, vistándolo y haciendo desayunos sociales lejos de la fría convivencia de un confesionario, porque hasta hoy fue un hombre que vivió soltero y no aprendió como que muy bien a cuidar vanalidades... pero creo que al menos con mi mamá, encontró a una buena amiga... mi mamá me ha enseñado a tener amigos desde que recuerdo... así como mi papá me ha enseñado a pensar por mi... pero este señor, con todo y que las misas o ceremonias de cualquier religión me llegan a parecer aburridas, en sus sermones o participaciones tenía chispa, elocuencia... y mucha razón.

Lo conocí y traté muy poco... pero con esos momentos me bastó para ver en el a un hombre bueno, sabio y con un carácter como pocos... y de conocer como su amistad con mi mamá, con algunos vecinos y con las palabras más congruentes que he escuchado salir de un recinto, cambió vidas.

Por gente como el me pregunto y cuestiono a la religión católica así como a más sistemas sacerdotales ¿Por qué privar del amor de pareja a hombres o mujeres que quieren cambiar al mundo con sus ideas si es de lo más grandioso? Conocí a un sacerdote guapísimo cuando era adolescente... pero el primero que me hizo preguntarme eso fue "El Seminarista de los Ojos Negros" de aquel triste poema de Miguel Ramos Carrión cuando era niña y no sabía de amores. Por asesinos y más imbéciles como quien le mató estoy convencida ¡Hay que cambiar la parte torcida del mundo!

Llevo imaginando un buen rato si lo mataron por un robo, por accidente, porque reconoció a su agresor, por odio a su religión... por tener un martir, un ejemplo más de crueldad, una historia que conmueva o inspire a alguien más... porque ya era su hora, porque la muerte es mejor, porque la vida ya le quedaba pequeña... porque estaba en el lugar y la hora que tenía que estar... porque los hombres como el deben impactarnos. Si no podemos o queremos entender... mínimo deberíamos actuar.

Hoy pa mi de plano es un día con lágrimas... de tristeza, de felicidad y también de esas pa agarrar fuerzas... ¿venganza? ¿justicia? ¿más sangre? Que su muerte y más asesinatos no hayan sido en vano... hay gente desalmada por todos lados y de las que así asesinen a sangre fría a un hombre bueno que no le hacía daño a nadie... nos tenemos que cuidar. Si su asesino fue un joven, un adulto o una mujer es lo de menos... su asesinato no debe quedar impune... mínimo a mi me recordará que lo asesinaron por violencia... por hambre... por frío... por ausencia de amor, mentalidad cerrada, podrida... o enanismo del alma.

Tal vez su asesino no conoció un hogar cálido... un abrazo sincero... una palabra positiva... un ejemplo de vida... un lugar congruente... una oportunidad de sentir amor. Tal vez haya sido impotente o frígida... con complejos... con carencias. Tal vez no quiso matarlo... tal vez se esté dando cuenta... tal vez no le atrapen, cambie y mejore su vida... o vaya y tome algunas más hasta sentir que no le queda ira que desquitar.

Al rato iré a rendirle honor a ese hombre... un sacerdote como pocos... y del que me siento más convencida todavía para intentar mejorar el mundo... el lo logró en una pequeña zona clasemediera de la Ciudad de México donde habitan muchos adultos mayores que como él, hacen de la vida una fiesta... sólo con palabras bien explicadas y con las ganas de vivir a su gusto.

A José Francisco Sánchez Durán, gracias.

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