abril 13, 2011

La desconfianza se gana, la confianza se pierde

Es muy doloroso emocionalMENTE perder confianza en una relación íntima que ya tiene tiempo, pero el costo más alto que se puede pagar es perder confianza y seguridad en ti; ya sea porque quien solía ser confiable pase a ser un perfecto desconocido, ya sea porque gana una condición negativa para ti, ya sea porque hizo algo que rompió su vínculo al abusar de la confianza que ofreciste... lo más saludable es aprender a manejar la cantidad de confianza que depositamos en otras personas y principalMENTE en nosotros mismos.

¿Cómo se gana la confianza? Cuando una relación comienza, hay una idea, emoción u opinión a favor o en contra de la capacidad a comprometernos, individual y mutuaMENTE... pero la confianza en otras personas no se gana porque desde que se te presentan creas una expectativa de ellas; esa confianza o desconfianza inicial se puede perder... o puede incrementar.

Es de lo más sano que desconfiemos de personas que nos parecen extrañas, que son completaMENTE desconocidas o que realizan acciones que no van con nuestra manera de ser ¿Cómo confiar en alguien que no conozco? Algo similar sucede cuando alguien que crees conocer, con la que has convivido y ha mostrado características favorables, muestra una fasceta que no te agrada, expresa alguna preferencia o idea con la que no te identificas o realiza acciones que van en contra de ti y su relación.

Permitir que la confianza se pierda cada vez más, menos es fácil de recuperar... y tampoco es imposible comenzar de nuevo. En muchas relaciones es mejor cortar por lo sano antes de que afecte o dañe tu estabilidad, pero definitivo, la confianza se percibe y no tiene que ver sólo con que explotes un sexto sentido; todo lo que percibas y cómo lo asimiles influye porque vamos creando opiniones de situaciones, factores y personas.

Cuando cambia nuestra percepción en contra de una persona perdemos confianza... tanto en la relación, en la persona y en ti. Y si llevamos a la fantasía nuestra percepción a favor, pasando por alto lo que nos afecta realMENTE y no lo comunicamos tranquilaMENTE, la mente nos puede engañar. Al inicio y en mantenimiento de cualquier relación interpersonal podemos sentir desconfianza, pero basta con tener o incrementar la confianza en ti y poner más atención al momento... concentrándote más en lo que estás viviendo.

¿Cómo saber en quién y qué confiar?

Existen opiniones objetivas, mucha sabiduría popular y frases célebres como "No mientas a quién confía en tí, y no confíes en quien te mienta" que pueden ayudarte a reflexionar y crear tu propia opinión de la confianza, acerca de que los engaños, las mentiras maquiavélicas y los abusos, descuidos o más faltas de consideración, no son actitudes sanas en una relación íntima.

Lo mejor es definir lo que quieres obtener de la relación y prevenir que pueda trasgredir tu integridad, ya sea física, mental o emocionalMENTE, y también, aprender a tener relaciones con las que podamos sentirnos seguros al expresarnos y compartir lo que queramos sin sentirnos inseguros.

Un error entre muchos aciertos no debería sobresalir para perder la confianza... y la desconfianza debería sobresalir cuando un error se repite después de haber entablado una segunda oportunidad. Pero cada oportunidad para renovar la confianza debería comenzar desde cero después de haber dejado claro lo que es importante y lo que no lo es en la relación.

El tiempo, la convivencia y la confianza que compartimos nos permiten conocer más interiorMENTE con quien nos relacionamos, pero sólo de ti depende lo que deseas confiar, cómo lo comunicas y lo que puedes evitar para encontrar bienestar en las relaciones más íntimas.

1.- Evita que las faltas de identificación sean negativas; muchas veces permitimos que la expresión, intención, acción o palabras con las que no nos sentimos a gusto afecten lo que opinamos de nosotros mismos y no es nada justo que seamos rígidos con las opiniones ajenas. Puede ser muy dañino apropiarte o permirtir lo que afecte tu seguridad, y puedes restar la confianza hasta anularla en otra persona por no controlar tus expresiones o actuar impulsivaMENTE.

Es muy sano reflexionar y cuestionarte lo que te hace sentir bien o mal antes o después de actuar impulsivaMENTE, e igualMENTE es muy sano reconocer cuando somos nosotros quienes cometemos un error y hacer algo al respecto, que aunque no es garantía para recuperar la confianza de otra persona, sí es garantía para sentirte bien contigo, incrementar tu seguridad y buscar alternativas adecuadas para ti y la relación.

2.- Evita anular completaMENTE cuestiones íntimas; en muchas ocasiones asumimos que las personas no son de fiar, no merecen ni el beneficio de la duda o nos tienen que comunicar todo lo que nosotros deseamos, y no tomamos en cuenta que todos tenemos intimidad.

Es muy sano tomar reserva específicaMENTE de lo que no te agrade o te haga sentir malestar. Después de analizar la situación que te incomode tomando el tiempo que necesites, es mucho más fácil estar seguro de lo que realMENTE pretendes y permitirte confiar en tus decisiones, además que dejas abiertas las posibilidades de acción en otras personas e incluso prepararte emocionalMENTE para otras ocasiones.

3.- Evita confiar o desconfiar absoluta y ciegaMENTE en tus relaciones; el que otras personas nos hayan defraudado o que nos ofrezcan lo que hemos soñado, no quiere decir que debemos reducir o engrandecer nuestras expectativas en ellas. No hay personas que confíen todo lo que piensan a una sola persona porque todos sentimos miedo a las heridas emocionales como el rechazo o el abandono.

Es muy sano comenzar a poner orden de nuestra emociones aceptando lo que quieres y lo que no quieres confiar desde tú intimidad y tú honestidad. La confianza comienza contigo, y es más fácil incrementarla identificando tus miedos e intentar entenderlos, prevenirlos o superarlos a tu ritmo.

Sea como sea la situación por la que hemos perdido confianza o la desconfianza ha aumentado, al evitar lidiar y afrontarla, la desconfianza va en incremento... y en muchas ocasiones la mejor opción es comenzar con la cuenta de nuestra propia desconfianza desde cero y mantener en alerta nuestras experiencias pasadas positivaMENTE porque todos mentimos, callamos, pasamos por alto muchos detalles y tenemos límites, pero lo último que necesitamos es perder nuestro tiempo en pensar como gastar la confianza o desconfianza por lo que no nos consta de una persona a quien le tenemos o pretendemos tener afecto.

Es muy cierto que "quien engaña, se engaña a sí mismo" y también es cierto que "cae más rápido un hablador que un cojo" pero hay mentiras piadosas que buscan bienestar y hay mentiras que a la larga no benefician a nadie, pero sólo se pueden conocer hasta que se identifican o se reconocen porque en escencia la confianza es creer en lo que comunicamos y nos comunican, además que la cantidad y calidad de confianza la defines tú.

La confianza es tan valiosa y delicada, que no vale la pena arriesgarla y perderla por un momento de intolerancia, debilidad o vulnerabilidad...

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