Y ella colocaba un CD mientras sus labios recitaban con vino tinto... día de muertos, terminaba la tarde, oscurecido el cielo encortinaba la habitación.
Las teclas de un piano sonaron lentamente dando inicio a una versión en vivo de Norah Jones... los aplausos acompañaron a la copa a medio entintar, y ella con una lágrima, tarareaba la estrofa "dont know why i didnt come..."
El suave requinto le brincó al corazón, las percusiones entraron en sus pies, y una pequeña nota de loción natural feromónica con testosterona llegó por la ventana a ritmo del contrabajo... como si la famosa voz fuera un conjunro.
No resistió la sensación; volteó buscando un alma, y al no encontrar imagen, se levantó dejando de lado la copa que sirvió de micrófono y consuelo al paladar, con cuidado de no derramar el trago que quedaba.
Alzó sus brazos rodeando a un cuello y recargó su cabeza en el pecho imaginario. Sus pies flotaban mientras el piano indicaba el compaz, su cadera lado a lado se paseaba y cada vez más, el olor conocido se esparcía mientras sentía como unas manos la acituraban... el aliento en su cabeza y un latido ajeno le recordaban a calor corporal de noche tántrica.
Ella bañaba de lágrimas sus labios y repetía "But you´ll be on my mind"... y cada vez más materializado, sus dedos acariciaban mechones de cabello, levemente ondulando, mientras la canción inundaba cada rincón de la memoria.
El piano daba la última nota, la más desgarradora y confusa... antes de abrir los ojos alcanzó a decir en un suspiro "nunca bailamos esta pieza, pero quiero que seas feliz y no me olvides".
Y al alzar su mirada, un viento frío la despeinaba mientras la copa rodaba vacía en la alfombra.
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